EL HÉROE DEL CARIBE

9,95

J. PÉREZ-FONCEA.

352. Pág. Rústica.

12,50 cm x 19 cm

Descripción

Pocos hombres en la Historia de España hicieron tanto por su patria.

El brillante historial del marino guipuzcoano Blas de Lezo, quien les había derrotado en anteriores ocasiones, debió haber prevenido a los ingleses. Pero tanta era su superioridad numérica y tan segura veían su victoria que antes de la batalla acuñaron una medalla conmemorativa de la toma de Cartagena de Indias. Penoso error. Ese puerto era la llave que abriría a la corona británica el dominio de toda América y la expulsión de los españoles. El ataque, llevado a cabo en 1741, se topó sin embargo con una defensa valiente, inteligente y eficaz, que humilló a Inglaterra y prolongó un siglo la potencia naval y territorial de España en el Atlántico.
«El héroe del Caribe» relata con vigor y detalle esa hazaña, marco histórico en el que Fernando, joven oficial destinado en la plaza y entregado al combate, y Consuelo, a quien su madre quiere casar con otro a quien no ama, conocen la pasión, el dolor y la mentira. Estas páginas, con las que Juan Pérez-Foncea, el celebrado autor de «Los Tercios no se rinden», vuelve a evidenciar su maestría en la novela histórica, recogen además el enfrentamiento que tuvo lugar entre el almirante y el envidioso virrey Eslava. Pese a ser la suya la victoria militar más importante en los cuatro siglos de presencia española en América, Blas de Lezo fue menospreciado por la Corte, y sólo muy recientemente comienza a reivindicarse su memoria a nivel popular. Bien documentada y ambientada —el volumen incluye el diario real de Blas de Lezo sobre los hechos—, y narrada con emoción creciente —no en vano la batalla pudo cambiar su signo durante los dos meses que duró y hasta casi su conclusión—, «El héroe del Caribe» enaltece la figura de un gran héroe olvidado de España.

La clarividencia y el arrojo de Blas de Lezo, manco, tuerto y cojo, con solo seis navíos a su disposición, conseguiría salvar a su país del mayor desembarco conocido hasta entonces, solo superado por el de Normandía, doscientos años después.